Últimamente lo hace todo la inteligencia artificial: carteles, memes, invitaciones, felicitaciones, retratos de tu primo al puro estilo Hayao Miyazaki... todo, TODO con IA.
Y claro, en Atelier Victoriano empezamos a mirar alrededor con cierta inquietud. Porque, vamos a ver…
¿Dónde quedaron esos trazos torcidos, esos ojos ligeramente descuadrados, las manos imposibles y los errores gloriosos? ¿Dónde quedó el calcar, borrar, repetir?
Durante años estuvimos tranquilos dedicándonos a las artes aplicadas y las manualidades, convencidos de que el dibujo y la pintura eran un hacer humano, inevitable, necesario, algo que no se puede “sustituir” porque nace del cuerpo y del pulso y que nunca nunca se extinguiría ...Pero ante semejante bombardeo de imágenes perfectas, generadas a velocidad supersónica, empezamos a preocuparnos.
¿ Y qué hicimos en Atelier Victoriano como respuesta? Le pedimos a la IA ( sí, es paradójico, pero también una venganza) que nos hiciera un cartel para anunciar que Atelier Victoriano ofrecía talleres de dibujo... Lo pasamos a nuestros contactos ...y ¡funcionó! Tanto, que lo que iba a ser un par de sesiones se convirtió en toda una saga: mayo, junio, julio, septiembre… y seguimos cada dos viernes por la tarde, con pinceles, café y muchas ganas.
30 de merienda y compartir,
y el resto, pura libertad de trazo.
Y lo más bonito de todo:
hemos generado más imágenes que la IA.
A mano, con risa, con mancha, con error y con verdad.
Porque —y aquí es donde nos pusimos filosóficos—, ¿dónde iba a quedar la famosa cita de Bob Ross si ya nadie se equivocaba?
“No cometemos errores, solo pequeños accidentes felices.”
En esta entrada les mostramos algunas de las obras del taller inspiradas en este tiempo de otoño y de brujas y calabazas...aunque...¿ hay algo que dé más miedo que los talentos humanos se pierdan?
¿Qué piensas de este diluvio de imágenes generadas por IA?
¿Te asusta o te inspira?